El comedor de BETC nació de una fuerte voluntad de modernizar la experiencia de restauración interna y de ofrecer a los empleados un servicio innovador, reflejo de la identidad de la agencia. El objetivo era ir más allá del modelo clásico de cantina corporativa para proponer un sistema más flexible, digitalizado y adaptado a los nuevos usos. Con más de un millar de empleados, el reto consistía en diseñar una solución capaz de agilizar la gestión de las comidas garantizando al mismo tiempo una experiencia sencilla y agradable para los usuarios.
El proyecto comenzó con una fase de definición funcional y técnica destinada a identificar las necesidades de los empleados, de RR. HH., de la dirección financiera y del servicio de restauración. Los recorridos clave se definieron en torno a tres ejes principales: pedido y servicio en mesa, pago a través de la aplicación o del terminal, e integración con el sistema de inicio de sesión y las tarjetas de BETC. A continuación, trabajamos en la arquitectura técnica y la integración con los sistemas existentes para garantizar la coherencia y la automatización completa del proceso.
Uno de los pilares del dispositivo fue la puesta en marcha de una aplicación móvil intuitiva, que daba acceso al menú del día, a la realización de pedidos, a la recarga de la cuenta y al seguimiento del historial de pedidos. La experiencia fue concebida para ser rápida, clara y accesible para todos, a la vez que ofrecía la máxima flexibilidad.
El sistema se basaba en una cartera electrónica interna, conectada a la solución Stripe para el procesamiento de pagos y vinculada directamente al sistema de RR. HH. de la empresa. Esta elección tecnológica permitía automatizar y asegurar todas las transacciones, tener en cuenta la subvención de la empresa y facilitar la gestión de los servicios internos. Los empleados se beneficiaban de un medio de pago sencillo y transparente, mientras que la administración disponía de un seguimiento centralizado y fiable. Toda la infraestructura estaba conectada al sistema de caja existente Cashpad a través de numerosas APIs.
Además de la aplicación móvil, se instaló un terminal táctil en la entrada del comedor. Este dispositivo permitía a los empleados y visitantes externos realizar pedidos o recargar sus cuentas sin recurrir a su smartphone. Conectado en tiempo real al sistema central, constituía una solución complementaria y práctica para responder a los picos de afluencia.
Mi papel incluía también la supervisión técnica diaria y la mejora continua del sistema. Me ocupé del mantenimiento, el seguimiento de incidentes y la implementación de correcciones, así como de la integración de nuevas funcionalidades en respuesta a las necesidades expresadas por los usuarios o por los servicios internos. Este trabajo permitió mantener un alto nivel de fiabilidad y satisfacción.
Se diseñó un módulo específico de exportación de datos para responder a las necesidades de reporting y gestión financiera. Los datos podían extraerse en forma de informes personalizados, lo que facilitaba tanto la contabilidad, como el seguimiento presupuestario y el análisis de los usos (frecuencia, distribución de pagos). Esta dimensión analítica constituyó un activo clave para la optimización del servicio a largo plazo.